Ahora, cada vez que subo al coche con mi padre, no puedo aislarme con mi precioso y verdoso iPod, porque me veo asaltada cada cinco segundos por sus preguntas (las de mi padre, obviamente, no las de mi iPod).
"¿Para qué sirve este pedal?" "¿Cuántas direcciones hay en esta calle?" "¿Qué significa esa señal?" "¿Cuántas marchas tiene el coche?"
U_U'
por Dioss! que calle ya!
¡¡QUIERO ESCUCHAR MI MÚSICA!!
al final tendré que optar por el cat-rail y pasar de automóviles puñeteros.
1 comentario:
Tu hazlo todo a la vez como yo ,puedes conducir a la vez quete peinas el felquillo a la vez que te rascas el cuello ,a la vez que haces un alista de reproduccion een iPod....y te ira tan bien como a mi!!!PLASPLASPLAS
muy bien lo q te hace tu padre..asi no llegas tan verde(como te gustaria) a la practica
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